En toda calle hay por lo menos uno. Las esquinas han sido su base y toda
banqueta los ha visto vender algún tipo de artefacto. También, todos nosotros
hemos sido víctimas de sus productos.
Los vendedores ambulantes.
Pequeños micro empresarios que se encargan de saturar nuestras ya
saturadas calles con más producto.

Y si me lo preguntan, cosa que seguro harán, ya no sorprenden ni logran
nada nuevo. Con el tiempo se han
vuelto como parte del escenario y apenas nos damos cuenta que venden algo… a
menos que sin querer atropellen a uno.

Así que, en vez de quejarme de esto, prefiero proponer
varias cosas que podrían hacer que no sólo vendan más sino que en vez de
conectarnos a Amazon salgamos a la calle a buscarlos.

Ojo, me queda muy claro que normalmente son personas de
pocos recursos y que éste es el único trabajo que pueden tener. No planeo burlarme de eso ni ponerme de irrespetuoso, simplemente me gusta intentar darle humor a todo lo que
puedo.

Gorditas de nata en el siguiente.