Esos, definitvamente estarían mucho menos acelerados de lo que están hoy. Pero en un esquema de competitividad, bajarían (más) en el crisol de posibilidades laborales en un mundo globalizado. Tendrán menos fuentes de información, entretenimiento, conexión y por supuesto conocimiento de las que tienen hoy.

Defintivamente los niños (y los adultos, y también los ancianos) merecemos un mundo con Internet gratis.

¿Y tú, qué harías sin Internet?