Uno de los rasgos que caracterizan la cultura mexicana es, sin duda, el machismo. La predominancia de lo masculino se manifiesta en variadas formas: prejuicios sociales, inequidad de género, estereotipos… sin embargo, existe una muy peculiar e irrebatible: el culto a la madre. Muchos hombres podrán ser unos patanes con las mujeres, pero ¡ah, no les toquen a su jefecita!, porque entonces sí se arma la grande.

Ni cómo negarlo: además de machista, ¡somos un país edípico! Y esta condición tiene repercusiones lingüísticas, pues el léxico dice mucho de ese apego nuestro a las faldas maternas; no es gratuito que nuestro máximo insulto sea el recordatorio de jefas o que usemos la palabra “madre” para expresar las emociones más intensas e inefables.

De tal suerte, dejemos a un lado las especulaciones sociológicas (ya se ha dicho bastante al respecto) y entrémosle a lo más sabroso: los terrenos de la lengua. En esta ocasión hemos reunido un conjunto de significados variopintos: diversos modos en que solemos utilizar la palabra “madre”, así como sus derivados.

Dicho lo cual, ya le vamos dando:

1. Madriza. Sinónimo de la expresión dar en la madre, dícese de la golpiza que se le da a alguien por tener muy poca idem.

2. Madrecita. Se utiliza para referirse, además de a las monjitas, a algo o alguien muy pequeño: —¿Cuánto mide? —¡Es una madrecita!

3. A toda madre. (Estar…) Condición de bienestar: estoy a toda madre.

4. Poca madre. (Tener…) Dicho de alguien que hace algo muy malo, en perjuicio de los demás: ¡qué poca madre tienes! (Estar…) Cualidad positiva de algo: ¡esa rola está poca madre!

5. ¡Madres! Interjección para expresar sorpresa relacionada con un hecho violento y repentino: ¡madres, se cayó!

6. Ni madres. Negación de un hecho: —¿Te gusta el arroz con leche? —¡Ni madres!

7. Mamacita. Mujer apeteciblemente hermosa.

8. Valer madre. Dícese de alguna situación fallida u objeto estropeado: ya valió madre nuestro amor.

9. Madrearse. Estropearse.

10. Con madre. Véase (estar…) poca madre.

11. Madrazo. Impacto violento.

12. ¡Ay, mamá los de la luz! Asombroso; sorpresa fingida.

13. Mami. (Estar…) Véase mamacita.

14. Una madre. (Ser…) Dicho para referirse a algo insignificante: mi salario es una madre.

15. Y tú mamá también. Posee una connotación sexual y se usa para refutar una mentada, finalizar una discusión o simplemente para jorobar al interlocutor (je, je).

Éstos son algunos de los modos en que empleamos la palabra “madre” y sus derivados. Como podrás notar, chilango, el concepto materno se halla muy clavado en las entrañas de nuestra cultura; así lo refleja el léxico. De tal modo, ya seas muy madreador o estés bien mamacita, compártenos tu sapiencia lingüística y dinos ¿qué otras expresiones parecidas utilizas o conoces?

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