¿Qué se supone que es?

Un beso. La marca de un beso. Plantado en su cuello. Más cursi -e idiota- imposible.

¿En qué estaba pensando?

Seguro pensó que tatuarse un beso era sexy y apelaba a la imaginación morbosa de la gente. Error: lo único que este tatuaje provoca son ganas de aventarle una piedra.

Pero sería peor si…

Se hubiera tatuado minúsculos besitos en toda la cara. O besotes, como los que seguramente Pamela Anderson le daba.