Alcen la mano aquellas mujeres que han deseado un novio guapo, inteligente, comprensivo, sensible y generoso. La verdad es que muchas le hemos pedido a Diosito un espécimen así, pero además, ¿a poco no estaría de pelos que tuviera poderes especiales?, ¿verdad que sí?

Se vale soñar, amigas. Imagínense a un guapérrimo buenón, con personalidad, carisma, buenos modales y mucho verbo, ¡un caballero!, pero que además pueda adivinarnos el pensamiento, alegrarnos los días más tristes o cambiar el rumbo del universo a nuestro favor.

Aquí les compartimos una serie de superpoderes que, según nuestras fantasías más fumadas, deberían tener nuestros hombres para ser más que perfectos.

-Leer la mente para saber qué es lo que deseamos o necesitamos, sin tener que decirles nada.

-Dar masajes curativos y relajantes, fuera de este planeta, en esos días de trabajo duro o cuando todo nos sale mal.

-Conocer todo el espectro del círculo cromático y además saber combinar los colores a la velocidad de la luz, para que nos respondan de inmediato cuando les preguntemos: ¿cuál se ve mejor?, ¿qué me pongo hoy?

-Hacer más de dos cosas a la vez y atender a nuestra plática, sin que se distraigan o confundan. Eso sí que es un superpoder.

-Llevarnos al paraíso con la magia de su lengua, es decir, que todo lo que salga de su boca sea poesía directa a nuestro oído.

-Tener la paciencia de un santo para comprendernos, apapacharnos y aguantar vara cuando nos visita Andrés (el que viene cada mes).

-Volar y atravesar todo el DF, más rápido que una bala, más en friega que una locomotora, para ir por nosotras al bar cuando se nos pasan las copas con las amigas.

-Escuchar, callar y obedecer, en presencia de nuestras familias o amistades.

-Crear una sinfonía cósmica de suspiros mientras duermen, en lugar de esos ronquidotes tan molestos.

-No cansarse nunca en lo más mínimo, cuando nos acompañan durante horas a comprar ropa. Eso incluye ver cómo nos probamos muchas prendas, aunque no las compremos, y ofrecernos siempre una opinión acertada.

-Ser inmunes a la kryptonita de otras pieles, a las artimañas de las zorras y busconas, al veneno de las mujeres araña en general.

-Encender el bóiler en un minuto y con tan sólo una caricia, y mantenerlo así durante largas horas hasta llegar a la explosión final.

-Perdonar por adelantado nuestras metidas de pata. Ninguna de nosotras somos perfectas, ¿verdad?

-Cambiar el curso de los ríos, apaciguar el mar, detener el brillo de los astros y, de ser necesario, desviar la órbita de los planetas tan sólo para vernos sonreír.

Ya quisiéramos un novio con poderes y habilidades mayores a las de cualquier mortal. Pero ¿qué dicen ustedes?, ¿existirá uno así en la vida real?, ¿ya tienen el suyo? Comenten y compartan esta nota entre sus amigas. Total, soñar no cuesta nada.

También checa:

El origen de frases como ‘sepa la bola’
Albures de emergencia
La retórica chilanga