¿Por qué es horrible?

Cuando entras a la universidad todo es alegría y diversión: finalmente serás una persona de bien. Claro que después de dos semestres en la pendeja, te informan que tienes que hacer como sepetecientas horas de servicio social GRATUITO en alguna institución gubernamental, donde acabarás siendo el “veme” (veme a traer las tortas, veme a sacar copias, veme a subirme la cremallera). Es el sacrificio que se le exige a los que quieren educación media superior.

¿Cómo alivianarlo?

Trata de conseguirlo en un lugar que mínimo te pague para tus checos y tus pasajes, y así no sentirás que estás dejando el hígado y vísceras circundantes en tan penoso proceso. Y si tienes influencias, úsalas: que un amigo de tu papá firme el documento y haga como que vas a trabajar. Y sí ve, pero no las ocho mil horas diarias que te piden.

Pero sería peor si…

Te dijeran que el servicio social es para toda la vida después de estudiar, porque “ora cómo está la situación”. En la vida real, muchos parecemos estar haciendo servicios sociales perennes.