Hay algunas temas sobre los que muchas personas –sobre todo los que pecamos de ociosos— nos hacemos preguntas que en apariencia no tienen solución. ¿Qué fue primero, el huevo o la gallina? ¿El color naranja se llama así por la fruta, o la fruta se llama así por el color?

A pesar de que las teoría de la evolución apunta a que primero fue el huevo y la filología ha resuelto que la palabra naranja designó a la fruta y luego al color, hasta ahora había un misterio que seguía sin aparente respuesta: ¿Se dice changuitos o chonguitos cuando cruzamos los dedos para desear suerte?

¿Cuál de las dos expresiones es la correcta?

Si googleamos, por muy chaqueto que nos suene el tema, a mucha gente la ha asaltado la duda: más de 1,700 búsquedas relacionadas con personas que se han enfrascado en esta discusión lo demuestran. Foros de lengua como WordReference han retomado esto y basta con preguntar en redes sociales para que todo el mundo —benditos opinólgos— ofrezcan una posible teoría: que si es como si un changuito se colgara de un árbol, que si es como un chongo de pelo entrelazado…

Pues después de décadas de derramamiento de sangre innecesaria (ok, no, exageremos) al fin encontramos una respuesta de cuál de las expresiones es la correcta y por qué. ¿Listos? Respiren hondo, porque vamos a zambullirnos en las aguas de la ñoñez.

¿Qué dice la Academia Mexicana de la Lengua?

Si consultamos el tema en la Real Academia Española, no aparece ningún resultado al respecto. Es más, seguro si existiera un letrero de “deje de buscar babosadas y póngase a hacer algo productivo”, seguro lo pondrían. Pero vaya, nos queda claro que a España nunca le ha importado mucho cómo se habla en otros países (ellos dicen ‘deuvedé’ y ‘uifi’, qué podíamos esperar), por lo que recurrimos a una institución más cercana y que agarra mejor la onda de cómo nos expresamos los mexicanos: obviamente nos referimos a la Academia Mexicana de la Lengua.

En la AML sí hay un significado que echa luz sobre esto y al fin aclara el misterio:

“Hacer changuitos. Loc. Cruzar los dedos, poner el dedo medio sobre el índice, con la intención de que eso traiga suerte”.

Sobre la palabra chongo o su diminutivo, “chonguito(s)”, el diccionario no dice nada relacionado al acto de cruzar los dedos para obtener/desear suerte. Así que ya saben, al menos oficialmente, la expresión changuitos es la reconocida como correcta. Cruzar los dedos es como cuando un chango está abrazadito a un árbol.

¿Y por qué los changos darían suerte?

La idea de relacionar los changos con la suerte viene de lejos: en Japón hay varios animales relacionados con la buena fortuna. Además del tanuki (una especie de perro mapache), el gato (¿quién no ha visto uno de esos gatos que mueven la manita?), los monos también son considerados animales de la suerte. La palabra japonesa ‘saru’ que significa ‘mono’ también significa ‘ahuyentar a la mala suerte’. O sea que al poner ‘changuitos’ o cruzar los dedos, estamos ahuyentando las malas vibras.

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Changos (iStock)

Seguro has visto los emojis de los changuitos de Whatsapp que se están cubriendo los ojos, las orejas y la boca. Pues estas son tres representaciones de la manera en que los japoneses creen que hay que vivir y, en consecuencia, tener buena fortuna: mizaru significa ‘no ver maldades’, iwazaru ‘no decir maldades’ y kikazaru ‘no escuchar maldades’. La terminación del verbo en “zaru” es muy similar a la palabra saru, que como ya habíamos repasado, significa mono.

¿Por qué se cruzan los dedos?

Como dato extra, el acto de cruzar los dedos para atraer a la suerte se remonta a una práctica muy antigua que data de hace cientos de años. Según una vieja creencia del cristianismo pagano, la cruz era el símbolo de la unidad perfecta. En ella estaba contenida toda la sabiduría y con ella se alejaba a los malos espíritus. En aquellos tiempos, cuando alguien deseaba algo con fervor, ponía el dedo índice en posición vertical y le pedía otra persona que lo cruzara con su propio índice. Esto era una especie de conjuro para que el deseo se cumpliera.

Con el paso del tiempo, la gente dejó de pedir la ayuda de una segunda persona y simplemente cruzaba sus propios dedos para pedir que algo se les cumpliera.

Así que si alguna vez te has enfrascado en esta discusión, aquí tienes la respuesta. Comparte esta nota con tus amigos ociosos que alguna vez se hayan preguntado acerca de esta curiosa expresión que aunque viene de lejos, aparentemente sólo usamos los mexicanos.

¿O algunos de nuestros lectores extranjeros la había escuchado?

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