La neta a todos nos gusta que nos mimen, que nos cuiden y que nos eviten enfrentar la realidad que suele apestar. De chavitos vivimos bajo el cobijo de nuestros papás que procuran hacer todo lo anterior, lo cual está bien, siempre y cuando no nos ahorren crecer y madurar a nuestro ritmo.

Cuando uno ya está mayorcito y sigue queriendo que nos resuelvan la vida, adquirimos automáticamente el título nobiliario de princesas.

¿Quieres saber si eres una de ellas? Continúa leyendo:

1. Te consideras frágil e indefensa

¿Ayudar a mantener la casa? ¿Comenzar a trabajar en algo que implique esforzarte para conseguir un gran puesto? Todo lo que significa sacarte de tu zona de confort y tener que esforzarte te saca ampollas. Para ti las cosas fáciles son tu meta.

2. Hablas con eufemismos

Le dices: “pipí” al pene, “conchita” a la vagina. Evitas hablar de temas escabrosos como salud sexual, te espantas (y desconoces) toda la diversidad sexual que existe en el mundo. El respeto hacia estos temas no es tu mero mole.

3. Mides el valor de una persona por la talla de su ropa

Consideras que la estética de las personas se mide por la talla que utilizan. Eres ofensiva/o con quienes tienen sobrepeso, pues consideras que no tienen oportunidad de conseguir una pareja estable y ser felices. Juzgas a quienes se muestran orgullosas/os de sus cuerpos, sin importar que no sean 90-60-90.

4. Sólo un príncipe te resolverá los problemas

Ya sea en sus casas o en sus trabajos. Ya sea que se casen o no. Sólo un hombre podría darte la pauta para saber cómo llevar tu vida. Y a él se le respeta: si llega de malas a la casa, nadie deberá hablar; si considera que la comida es mala, habrá que tirarla. Si piensa que no eres lo suficientemente buena para algo, habrá que creerle.

5. Criticas a quienes optan por todo lo contrario

A quienes defienden sus derechos y luchan por que los derechos de los demás sean respetados. A muchas de ellas las llamas feminazis y crees que están más locas que una cabra. ¿No te digo? El respeto no es lo tuyo.

6. Crees que las mujeres sólo deben quedarse en casa / sólo deben trabajar

Para ti todo es blanco o negro. No hay una gama de grises. Consideras que las mujeres debemos someternos a ciertos estándares sociales. La libertad de elección no es algo que respetes, así que si alguien decide quedarse en casa a cuidar hijos u opta portener una carrera prominentes hijos, te alarmas, según sea tu creencia.

7. Eres sumisa y sometida al dichoso príncipe

No tienes voz ni voto. Tus gustos, preferencias y sensaciones debes ocultarlas para que el mentado príncipe no se te vaya. No importa si es violento, si te minimiza, si te deja en ridículo. Es tu príncipe y a él se le respeta.

8. Crees que calladita te ves más bonita

Total, tu opinión no puede tener tanto valor. Seguramente habrá gente que sepa más así que lo mejor es que guardes silencio la mayor parte del tiempo, aun cuando quisieras expresar lo que sientes. Pero, claro, lo mejor es mantener cerrada la boca.

Prácticamente las princesas son personas que prejuzgan, enjuician, quieren que les resuelvan la vida y olvidarse de la realidad. Pues tan sólo es un mundo paralelo en el que ellas jamás han estado inmersas. ¿Descubriste que en realidad eres una de ellas?

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