Hablemos de que alguien te gusta. Desde hace algunas semanas notaste que tu atención se desvía levemente en la mesa de al lado, el cubículo de al lado o el salón de al lado.

Acéptalo, ya caíste. Alguien se ha apoderado de tu interés y ya comienzas a sentir ciertas cositas que te alegran el día o te deprimen porque el prospecto en cuestión no te pela. Hablamos de un amor platónico.

Enumeramos los síntomas más frecuentes y recurrentes que te hacen saber que sin duda, ese ente que apenas tiene nombre ya te hace sentir maripositas en el estómago y te hace fantasear.

1. La primera impresión jamás se olvida, así que te diste cuenta de que era lind@ desde el primer momento en que l@ viste.

2. Después de esa ‘primera vez’, comenzaste a buscar su presencia en el mismo lugar y en otros cercanos.

3. Ya te cachó viéndol@ y lo primero que vino a tu mente fue ‘¡muero de la pena!’.

4. Tratas de colarte en su campo de visión a como dé lugar, frecuentando los sitios a los que va.

5. Has soñado con él/ella y has despertado con una sonrisa por acordarte.

6. Has llegado al punto de preguntarte cómo besará y a qué olerá.

7. Tus amigos ya notaron tu obsesión o decidiste contarles sobre tus sentimientos.

8. Ya l@ stalkeaste y sabes con quién come, qué música le gusta, con quién habla en redes sociales; en general sus gustos e intereses.

9. Has comenzado a escuchar esa música y a leer sobre todo lo que menciona en su time line.

10. Ya intentaste hacerte amig@ de sus amigos.

11. Te inscribiste a los mismos cursos o clases que él/ella.

12. Has sentido celos de que platique con alguien más (aunque tú seas un/una cobarde que no se atreve a hablarle).

13. Ya comenzaste a sentirte en depresión porque no te animas a acercarte.

Lo que sigue es que te quites la cobardía y rompas el hielo con un hola a ver qué pasa. ¿Te animas?