¿Qué diablos es esto?

Aunque no lo creas, durante los años setenta algún genio con una casa con vista al mar en alguna zona rocallosa tuvo la fantástica idea de vender piedras. Así nomás. Seguro fue una apuesta: “a que no logras vender piedras”… ¡Pero lo logró! Se trataba de una piedra lisa y bonita (aunque piedra, sin embargo) que venía en una caja de cartón con instrucciones.

¿Cómo lo juego?

Hay muchas formas de jugar con una piedra. Arrojándola. Mmm. Dejándola ahí sobre la mesa. Ordenándole que esté quita. Por dios, ¡tantos usos para una piedra!

Ideal para el niño…

Que se traga cualquier cosa, literalmente.