por Mael Vallejo

Días antes de que el libro, Derecho de réplica, del empresario Carlos Ahumada, saliera a la venta, Víctor Trujillo confesó a Chilango su versión sobre los álgidos días de 2004 que le cambiaron la vida a él, su esposa y sus hijas.

El Mañanero y el video-escándalo

El Mañanero, primer noticiero del mundo conducido por un payaso, se volvió factor de la agenda política. Las invitaciones a Víctor de los poderosos para hablar en privado se multiplicaron hacia 2003: acudía a Les Moustaches, Au Pied de Cochon o El Cardenal. «Hay que dejarse ver, mano», decía a sus amigos.

No fue casual que el diputado Federico Döring eligiera a Brozo para transmitir un video implacable. A las 5:30 am del 3 de marzo de 2004, le llevó el material. Lo vieron en un estudio de Televisa Chapultepec.

Bejarano llegó a la televisora a las 6:40 am para dar una entrevista a las 7:20 a Adela Micha, conductora de En Contraste.

Antes de salir a cámara, una señorita le pidió apagar su celular y su bíper. A las 7:23 Bejarano hablaba del secretario de Finanzas del DF, Gustavo Ponce, quien apareció en un video apostando en Las Vegas.

En paralelo, en otro estudio, Brozo y Döring veían, al aire, el video en el que el empresario Carlos Ahumada daba a Bejarano, coordinador del PRD en la Asamblea Legislativa, 45 mil dólares y algunas ligas.

La versión de Brozo

-¿Qué pasó ese día? -le pregunto a Víctor.

-A las 3:30 am iba saliendo para acá (Televisa), pero ya había gente nuestra desde las 11:00 de la noche trabajando. Me avisan que tengo llamadas desde las 3:00 de Federico (Döring). Nos comunicamos y me dice: «tengo algo». «¿Tienes qué?», le digo. Me dice: «un video de Bejarano haciendo esto».

-¿Qué haces? ¿Era una oportunidad para catapultarte? -pregunto.

-Al contrario. Lo más sano que podía haber en el ambiente político era una “izquierda contraste”. Supuestamente la oposición estaba obligada a hacer la diferencia. Si el video hubiera sido de un priísta dices «bueno, resultó que sí.» O de un panista dices «mira lo que hace el poder». Pero de la izquierda dices «no no no no y ¡no!»

-¿Por qué lo transmites?

-No puedes ser cómplice de lo evidente. Es como decir a la mujer que amas: «Hazlo con quien quieras pero que yo no me entere.» Qué pena que la evidencia de la corrupción que todos sospechábamos s desde que nacimos llegara de ese lado. Pero no puedes verlo y decir «no, la izquierda no acostumbra eso». Me enojó y entristeció mucho.

-Bejarano habló de una celada.

-«Estaban de moda los complots, todos tenían uno. A lo mejor había uno contra Andrés (Manuel López Obrador), pero hay niveles».

-¿Por qué no le dieron el video a Joaquín López-Dóriga, a Carlos Loret?

-«Brozo estaba a top. Queríamos meternos a las noticias pero no planeamos que los medios estuvieran pendientes de lo que hacíamos o que nos entrevistara o hablara de nosotros un periódico alemán (Spiegel), uno francés (Le Monde Diplomatique), los gringos (Seattle Times), españoles (La Voz de Galicia)».

-¿Quién estuvo detrás de ese video?

-«Lo dije en El Mañanero tres o cuatro días después. Si este video lo tenía Ahumada guardado como protección de que lo empinaran primero, él tuvo que haber ido con alguien opositor para decirle «mira lo que tengo». Y yo dije «del PAN sólo puede ser Diego (Fernández de Cevallos)».

-¿Alguien más?

«¿Con la lana de quién? A lo mejor fue la de Carlos Salinas, él tenía muchos intereses en la presidencia de (Vicente) Fox».

-¿Qué pensaste cuando Bejarano llegó?

Bebe un sorbo de café viendo la pared.

-Son de esas veces que dices «ya lancé la chingada moneda y va a caer parada». Si hubiera sabido que por ese momento íbamos a tener tres años de terror con mis hijas, a salto de mata, a lo mejor no lo hago.

-¿Por quiénes, los bejaranistas?

-No lo sé, siempre fue anónimo.

-¿Eran llamadas?

-Acciones, provocaciones.

-Tenías cuatro guaruras…

-«¿Cuatro? ¡Cuatro guaruras cada uno! -dice levantando los brazos y la voz.»

-¿Cuál fue el peor momento?

-«¡Todo! Eran montajes, si ibas al cine alguien salía a provocarte y había otros tres listos para hacer lo mismo por acá y otros tres por allá. Tenía que ir siempre en alerta: se pretende que tú falles, tú empieces, porque si caes en la provocación entonces eres un prepotente. Tienes que estar listo para que llegue alguien a decirte verraqueces que no has oído -y mira que uno es verraco-. Es cuando dices «esto es un anzuelazo».

A inicios de 2004, Jorge Camacho y Jorge Méndez, colaboradores de Trujillo en El Mañanero, recibieron el siguiente mensaje SMS en sus celulares: «Dile a Víctor que se cuide porque se va a morir.» En febrero de 2004, según gente cercana al conductor, Televisa dispuso cuatro guaruras para él, y dos para cada una de sus hijas. Según la Procuraduría General de Justicia del DF las amenazas fueron enviadas de un celular de prepago del estado de Sonora.

Dos días después de presentar el video, los guaruras ya eran su sombra. Tres viajaban en un auto escolta y en el suyo iba un chofer entrenado. En marzo recibió una llamada en su oficina con un mensaje que le hacía una sugerencia: darse por muerto. Aunque evaluó sacar a sus hijas del país, confió en la protección de Televisa. No obstante, dos colaboradores de El Mañanero que pidieron no publicar su nombre coincidieron en que Víctor les dijo: «Quieren vincularme al narco y no voy a permitirlo.»

En marzo, Víctor ordenó a su staff hacerse un examen antidoping..

Raúl Salinas

Trujillo llegó al Teatro Libanés 90 minutos antes del estreno de Los Lobos, la crítica obra contra el sistema político mexicano que protagoniza junto a Pedro Armendáriz, Jesús Ochoa, Rafael Sánchez Navarro y Roberto DAmico. Ocupó su camerino antes que sus compañeros: se concentró y fue entrando en su personaje, el diputado Eduardo Muñoz.

Al rato se dió la tercera llamada.

De frac, zapatos de charol y pajarita, Muñoz caminó en círculos, se agarró la cara, alzó los brazos, levantó la voz.

-«¿Me imaginas en la cárcel?» -le preguntó a su amigo el senador Alfredo Torres.

-«La cárcel puede ser la única salida honorable» -le respondió el legislador.

En la segunda fila del teatro estaba Raúl Salinas de Gortari. Ya absuelto por el delito de lavado de 160 millones de dólares, el hermano del ex presidente rió frente a Víctor a carcajadas.

Días después de aquella función, en su libro Ahumada dijo que negoció con Carlos Salinas de Gortari la liberación de su hermano Raúl a cambio de que lo ayudara a transmitir los videos que incriminaban a Bejarano, político perredista que había sido secretario particular de Andrés Manuel López Obrador.