Según las malas lenguas, toda relación de pareja implica un encuentro de personalidades: el agua con el aceite, la gasolina con el fuego, el hambre con las ganas de comer. Acaso de eso depende —de la compatibilidad de caracteres— que uno salga del noviazgo triunfador o, por el contrario, con las rodillas muy raspadas.

Por ello, con el afán de aclarar ese misterio de las personalidades (caras vemos, perversiones no sabemos), hemos realizado un somero estudio respecto a los perfiles amorosos más comunes, nomás para que le midas el agua a los camotes y no te metas en dificultades a la hora de escoger a tu media mandarina. He aquí, pues, los principales tipos de novias y de novios que te puedes encontrar.

Novias

-La Yoko Ono

La típica chava que te sigue a todas partes (sales de la chamba y ahí está esperándote); le cae a tu casa a cualquier hora y sin previo aviso; no se aleja de ti nunca (apenas te deja ir al baño); se mete en tu trabajo y en tus planes; elige a tus amistades y decide el rumbo de tu creatividad. Desde el principio te conviene saberlo: ella es la que manda.

-La Winnie Cooper

Un día te ama, al otro te odia; es tierna y dulce, pero al mismo tiempo cruel; te dice que eres el amor de su vida, luego te bota por otro y después regresa a ti como si nada hubiera pasado; sobre todo, lo más gacho es que se lleva lo mejor de tus años maravillosos.

-La Barbie

Cara bonita, figura insuperable, estilo súper cool. Se fija bastante en el ancho de tu cartera, en la marca de tu coche, en lo fino de tu ropa. Si quieres ser su alma gemela, debes mantenerte siempre en forma (nada de panzas y lonjas cerveceras), parecerte a algún actorcillo de la tele y estar dispuesto a demostrarle, a la menor oportunidad, tu solvencia económica (nada de que estás en buró de crédito y esas naqueces, goe’).

-La Celostina

Para ella, todas las mujeres son unas zorras y unas cuzcas: amigas, compañeras de trabajo, vecinas, primas, conocidas de atrás tiempo… Cualquier llamada al celular, whatsapp o correo electrónico es suficiente para desatar su furia apocalíptica. Para comenzar, te pedirá que borres del Face a las chavas que, según su lógica, le dan muy mala espina, o sea, las que están más chulas que ella; asimismo, te obligará a poner de perfil una foto en la que salen juntos, para que les quede claro a las busconas quién es tu dueña.

Ahora bien, vamos con los novios…

-El Homero Simpson

El ser más ordinario, egoísta, borracho y desobligado que te puedes encontrar. Olvida aniversarios y te regala cosas que son para él; prefiere pasar la tarde frente a la televisión, que invitarte a salir. A menos que seas fan de la serie o seas una Marge abnegadaza, ¡huye sin volver la vista atrás!

-El Mauricio Garcés

Es apuesto, seductor e irresistible, pero no sólo contigo, sino también con las muchas de sus fans que te lo pelean a muerte (¡arroz!). Si quieres que la relación marche sin bronca, tienes que hacer algunas concesiones, por principio de cuentas: aceptar que un galán así no es para que te lo acabes tu solita (¡díscola!); así mismo, debes tratarlo bien, pues ha de ser muy duro “tenerlo y después perderlo”.

-El Peter Pan

Un niño eterno, es inmaduro y no sabe lo que quiere; con su actitud infantil, pide a gritos que lo mimen o que lo regañen, según sea el caso. Debes cuidarlo todo el tiempo, decirle qué haga o qué no (en este sentido, empata chido con la Yoko Ono). Si quieres tener un hijo y un novio al mismo tiempo, ésta es la mejor opción.

-El Garañón

Vive lejos, calza grande y es ganoso como el que más. ¿Mueres por uno así? ¡Cuidado! Su condición de macho cabrío no sólo tiene que ver con el deseo y el placer; es macho para todo: no eres su pareja, sino su pompi; le debes respeto y obediencia; si lo cree necesario, te puede reprender como mejor le apetezca (“¿quieres que te dé una cachetada delante de la gente?”); se hace esto o aquello porque lo dice él… ¡y punto! Ahí tú sabes si te animas.

Como podrás ver, existen diversos temperamentos y modos de ser; sólo basta con darse a conocer un poco y hacer los cálculos de rigor para saber qué pareja te conviene, la que puede sacarte los pedazos de alegría que bien mereces. Amores van, amores vienen; algunos gozan, los más se achicopalan, aunque al fin de cuentas todo se reduce a los perfiles psicológicos de cada quien.

Dicho lo cual, antes de seguir adelante con tu idilio, échale una pensadita y dinos ¿qué clase de novio tienes o desearías tener?, ¿qué tipo de novia eres o has sido? Venga de ahí, de tu ronco pecho.

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