Henrik Ehrsson, investigador del Instituto de Neurología de la Universidad de Londres y Olaf Blanke, científico de la Escuela Politécnica Federal de Lausana, Suiza, independientemente, lograron, a través de videocámaras, que varios individuos tuvieran la ilusión de estar en un lugar en el que en realidad no estaban y de ver su cuerpo desde afuera. Los dos estudios concluyeron que el sorprendente resultado tiene que ver con una desconexión entre los circuitos del cerebro y la manera de procesar la información. “Sentimos que estamos donde están nuestros ojos”, aseguró Ehrsson.