La cabeza del vaquero neoliberal critica –sin piedad– cualquier intento de seducir con el espacio público. Si en esencia lo redituable es algo intangible (digamos la felicidad o el cachondeo), en realidad es un terrible acto de enajenación, una forma manipuladora y engañosa del gobierno para comprar votos y tirar los ingresos a la basura.

Llevamos décadas de crisis.

"Es demagogia, populismo, gastadera de dinero fortuita que no hace más que endeudarnos hasta lo imposible".

Son sólo luces de Navidad, unos cuantos litros de hielo, patines en renta, pocas semanas de "ineficiencia". Es un espacio público. Por lo menos déjenos el sueño del espacio público. Ineficiente.