A qué suenan:

Suenan a ácido derramado por la increíble voz de Frank Black que parece que en cada canción se le hace un nódulo más en la garganta. Poderosos y al mismo tiempo dulces, los temas de sus canciones son como pequeñas historias literarias.

El bajo de Kim Deal y sus intervenciones vocales eran el detalle de las canciones, mientras que la batería de David Lovering el beat que no te abandonaba y la guitarra de Joey Santiago el punch garage peculiar de la banda.

Su mejor disco:

Doolittle, editado en 1989. Abría con “Debaser” y desde ahí agarraba un ritmo que te hacía gastarte la garganta igual que su vocalista, imposible que dejaras de cantar. Incluía también “Monkey Gone to Heaven”

Canción favorita:

“Debaser” que te llevaba a un viaje surrealista porque estaba basada en Un perro Andaluz, peli de culto del cineasta Luis Buñuel.