Admitámoslo: todos tenemos el recuerdo de al menos un Día de Reyes ensombrecido por el fantasma de algún regalo ojetón. Y es que hay algunos que se pintan solos para convertir el que debería ser un despertar con sonrisas y felicidad en un episodio digno de “Mercado de Lágrimas”.*

Repasemos algunas de estas pesadillas:

  • Calcetines.Ok, sí son necesarios y sí, son calientitos, pero ningún niño hace su cartita de Reyes mirando al horizonte mientras escribe: “Queridos Melchor, Gaspar y Baltazar, tráiganme unos calcetines, plis”. ¡NO! Los niños piden juguetes, videojuegos y algunos ñoñazos (como yo de niño) piden libros y juegos de química. Pero ninguno pide unos hermosos calcetines de rombitos.
  • Un robot/cochecito/whatever electrónico SIN PILAS.¡Yei, te trajeron el juguete que pediste! Mueres por probarlo y salir a la calle a presumírselo a los niños de la cuadra cuando constatas con terror que no tiene baterías. Le preguntas a tus papás por las benditas pilas y ellos se encogen de hombros con cara de “oops”. Eso no se hace.
  • El “Vale por _________”.No faltan esos reyes baquetones que buscaron el regalo de último momento y no lo encontraron por ningún lado. O los que por quererse ahorrar unos varos compran los juguetes después del Día de Reyes que es cuando bajan los precios (ésta se la aplicaban cada año a uno de mis primos). Sepan, queridos Reyes Magos, que para un niño no hay mayor ilusión que encontrar bajo el árbol eso que pidieron, no un papelito rascuache que diga que otro día, a ver cuándo, le van a traer lo que pidió.
  • El “bueno, no es, pero se parece, ¿no?”.Digamos que eras fan de Los Caballeros del Zodiaco, pero no de cualquiera, sino del Fénix y lo pusiste en tu cartita y hasta con mayúsculas: FÉNIX. Pues en la tienda sólo estaba el Cisne y como también es un caballero de bronce y también es un pájaro, pues entonces en su lógica de reyes chafas, es lo mismo y lo compran. No señores, NO ES LO MISMO. ¿Es lo mismo Thalía que Paulina? ¿Es lo mismo un sope que una gordita? ¿Verdad que no? El que algo esté dentro del mismo campo semántico no lo hace lo mismo, no le rompan la ilusión a su chamaco.
  • El Simi (lo mismo, pero más barato).Es una variante del anterior, donde la limitante no es no haber encontrado el juguete correcto, sino que no alcanzó para el original. Es así como muchas niñas reciben Bárbaras en lugar de Barbies y los niños reciben un PolyStation en lugar de un PlayStation. Sí, sabemos que la crisis está dura y que con los salarios actuales no alcanza para nada y para colmo nos aplicaron un golpe de conejo subiendo el precio del Metro. Pero vamos, es un gasto anual. Si en lugar de echar una caguama le damos de comer al cochinito cada mes, seguro sale. La sonrisa de su crío lo vale, piénselo.

Ahora bien, si ustedes creen que no es para tanto y que qué pinches exagerados somos, reflexionen un momento y piensen cuántas veces no chillaron, patalearon y se agarraron a berridos incontrolables todo porque no les trajeron ese regalo deseado. La infancia es una de esas épocas doradas en las que se puede ser feliz con un juguete y una buena dosis de imaginación. Ya de adulto se complica. Estimados Reyes Magos: patrocinen una sonrisa aunque de seguro el móndrigo chamaco berrinchudo no se lo merezca. Y ya encarrerado el ratón, regálense algo ustedes también y consientan a su chilanguito interior, que de seguro buena falta le hace.

*Búsquese en YouTube “Mercado de Lágrimas”, ese culebrón que salía en el programa La Carabina de Ambrosio. Ahora que, si no necesitas buscarlo porque te acuerdas de él, de seguro tomas píldoras para la osteoporosis. ¡No se te vaya a pasar la hora de tu pastilla!