¿Qué es?
Una mesa de plástico con la imagen de unos “chivos”… o sea, del equipo de Guadalajara. Orgullo pambolero desde la tierna infancia.

¿Cómo se juega con eso?
Múltiples usos: el papá responsable hará que sus hijos hagan la tarea sobre la mesita, sentados de rodillas o sobre la silla de paja mencionada dos puntos arriba. Sin embargo, lo más seguro es que la mesa acabe atascada de cajas de juegos de mesa, carritos, ropa para planchar o restos del desayuno de hace 15 días.

¿Qué clase de destreza estimula?
Por un lado: orgullo chivista de corazón. Por el otro: ideal para que la niña aprenda desde pequeña que lo suyo es estar en la cocina, atendiendo a los hombres de la casa. No es que sea un juguete sexista: se le llama realismo, muchachos.

Chidómetro:
6, porque nadie piensa en los pumistas, los americanistas o los cruzazulistas. ¡Que alguien piense en los niños!