Es la hora de la
merienda, pero nadie ha llegado a casa. Con media ciudad varada en el espeso
tráfico, resulta difícil creer en un dios que procure nuestro bien. Encerrados
en nuestros vehículos, los capitalinos hemos encontrado una manera sádica de
catalizar la frustración y una figura omnipotente que por vía telefónica
ajusticia a todo moroso.

Mezcla de judicial, locutor grupero y Super-Barrio,
el Panda Zambrano domina el cuadrante de lunes a viernes, de 8 a 10pm por Radio
Fórmula 104.1 FM, con un programa mucho más neto que los realities o las telenovelas.
Escucharlo ya no es privativo de choferes y macuarros, tarimapendécuaros y
chancludas: hoy, intelectuales y hipsters son fans (aunque sea de closet).

Los eruditos encuentran en estos radiodramas, un
pretexto para jugarle al Monsiváis. Embarazos, deudas de honor o simples
sustitos para poner a prueba el compadrazgo… No hay conflicto entre dos
mexicanos que no se pueda arreglar con una llamada (una "arrastradita") del
Panda.

Pero el atractivo del Pandashow no queda sólo en
satisfacer nuestro instinto chingativo mediante vaciladas y hacernos llegar
sonriendo a la merienda. Son los covers a éxitos del momento, los que
convierten al Panda en una especie de "Weird Al" Jankovic, quien se dedica,
cual niño de 12 años, a trastornar las letras para auto-elogiar su magnanimidad
en un hábil despliegue de albures y jerga albañilera. Así, "Womanizer" de
Britney Spears se convierte en "Macuarraízer", y la cacofonía de Lady Gaga en
"Poker Face" acaba por ser un "Pa-pa-pa-panda ojeís". No todo es fresa: un
cover a "A Punk" de Vampire Weekend y otro a "Blitzkrieg Bop" de los Ramones.
Increíblemente, las versiones no están hechas con dos pesos: todo un estudio jinglero con cantantes
profesionales cede su tiempo para hacer este Hit Parade pirata de las llamadas
versiones Wow! y envolver al Panda, cual rockstar, con las mejores pieles.