¿Por qué es horrible?

Porque si perdiste tu recibo, te cobraron una larga distancia a Qatar o tienes un adeudo, tienes que ir en peregrinaje hasta la oficina Telmex más cercana. Y todo mundo sabe que la menor estancia en una oficina Telmex es como ver de cerca el fuego incandescente del mismísimo Satanás: una tortura prolongada.

¿Cómo alivianarlo?

No hay de otra: de todos modos vas a estar parado y formado durante mínimo una hora. Llévate tu iPod o acostúmbrate a leer parado.

Pero sería peor si…

Sólo abrieran la oficina una hora al día, en un día en el que tienes que chambear, y para llegar tuvieras que sortear múltiples obstáculos (señoras camioneta, microbuseros asesinos y carreolas abandonadas a media calle). Y, por supuesto, cuando llegaras ya estuviera cerrado.