¿Qué hizo?

Empeñarse en ser sospechosamente menudito (después de las cirugías, claro), hablar en un tono sospechosamente moderado (al volumen que sólo las “señoritas decentes” se permiten), ser sospechosamente amigo de Elizabeth Taylor (como si fueran grandes comadres) y, para sus tiempos, vestir estrafalariamente

¿Lo extrañaremos?
No, la verdad es que hubiéramos preferido que sacara el
orgullo LGTB a mucha honra. Sino, tantas cirugías pa´qué.