¡Qué dilema!

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Los antojitos mexicanos vuelven locos a propios y extraños —chilangos y extranjeros—, pues quien los prueba, los convierte en sus platillos favorito, pero se dice que no son un buen hábito para nuestra salud. En realidad comer “garnachitas” no es malo si se hace de vez en cuando y en porciones considerables.

Mide lo que comes (Foto: iStock)

Aunque se han satanizado aquellos alimentos “no saludables” porque aportan poco valor nutricional al contener muchas calorías, pues usualmente son ricos en grasas, eso no significa que estas delicias culinarias deterioren la salud, lo cual sólo podría suceder si lo que se consume es excesivo y de forma constante, ya que no es malo darse un gustito, pero de vez en cuando, para no quedarnos con el antojo. ¡OJO! considerando siempre las porciones.

Suculenta tentación (Foto: iStock)

En ocasiones, cuando quieres comenzar a cuidar la línea te ronda la tentación por privarte de algunos alimentos o de ingerir pastillas que te inhiben el hambre para calmar el feroz apetito. Pero no olvides que hoy existen métodos muy sencillos para disfrutar de los sagrados alimentos sin necesidad de morirse de hambre.

Ganar algunos kilos es el resultado de tener malos hábitos alimenticios y lograr cambiarlos nos puede llevar una eternidad, pero una vez que lo logramos, podremos deshacernos de esa incómoda grasita.

Tenemos que acostumbrarnos —como dicen los expertos— ya que comer sano y en porciones correctas te protege de sufrir enfermedades como obesidad, azúcar en la sangre y presión alta, así que mide lo que comes, balancea tu comida y ¡échale los kilos, pero no al cuerpo sino a las ganas!

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