De por sí todos somos de querer algo y quererlo
ahorita.  Internet sólo se encarga
de hacer nuestra mecha una mucho más corta
.  Mecha mucho, bien. 
Dentro de los millones de groserías que digo al día, la mayoría van
acompañando un “¡Que lenta está la *blip* Internet!”  “No puedo creer que el *blip* video no se baje!”  “¡*Blip* se volvió a *blip* trabar la *blip*
página de *blip blip blip blip* tu mamá!”
Terrible.

Pocas cosas sacan lo peor de las personas como una conexión de Internet lenta.

Pocas cosas sacan lo peor de
las personas como una conexión de Internet lenta.  Es nefasto querer presumirle a alguien un video de Youtube y
que nunca se cargue.

Y eso sólo se va a manifestar más en la vida.  Con la misma velocidad que se carga
Yahoo! vamos a querer que nos llegue la comida en el restaurante.
  Se van a pelear con sus amigas porque
no les contestaron inmediatamente el mail que mandaron hace 35 segundos.  Vamos a ir por el mundo queriendo que
todo tenga una barrita de LOADING para ver cuánto falta y seguramente
intentaremos darle refresh a golpes. 

La rapidez es lo que queremos en todo.  Internet cada vez tiene que ser más rápido
y eso sólo nos hace querer que todo sea así de rápido porque a fin de cuentas,
gran parte de nuestra vida la pasamos en Internet.  Aunque esto me levanta una duda:  ¿Si el que tengas una conexión rápida te hace el más popular
por qué ser eyaculador precoz te hace un pésimo amante? 
Ahí se las dejo.