No conozco a ese señor Marco al celular de Maude Versini. Atiende en París, el martes 28 de octubre pasado a las 9 pm.

Antes de la primera pregunta, me presento y explico la razón de mi llamada.

-¿Qué opina de la muerte de Mario Palacios Montarcé?

Guarda silencio un par de segundos y contesta:

-No conozco ese señor... Lamento lo que le pasó.

-Era un instructor de tenis de mesa que fue asesinado...

-Como le dije -me interrumpe-, lamento lo que le pasó a ese señor. Ahora me disculpo, tengo que hacer algunas cosas.

La ex esposa de Montiel colgó. Esa noche, recibió en su email un cuestionario en el que le pregunté sobre Mario y los señalamientos del libro La diferencia. Hasta el cierre de la edición no respondió. Afectado gravemente por los escándalos de corrupción, Arturo Montiel debió retirarse de la pasada contienda presidencial. Su amigo entrañable y asistente más cercano, Isidro Pastor, se atrevió a declarar a los medios que la debacle de Montiel empezó el día que conoció a Maude Versini.

Poco después, el 14 de febrero de 2005, un cercano colaborador de Pastor, Marcos Olivo García, fue encontrado muerto en un canal de drenaje, atrás de la Central de Abasto de Toluca. Tenía las manos atadas con cinta canela, una bolsa de plástico en la cabeza y un trapo en la boca. Había sido reportado como desaparecido durante 15 días. Semanas más tarde, el automóvil de Maribel Mireles, secretaria particular de Pastor, amaneció con nueve perforaciones de arma de fuego.

«Mientras la Procuraduría no aclare el homicidio (de Olivo García), para mí es una persecución política del gobierno estatal, y el gobierno estatal tiene una cabeza", declaró Pastor, conocedor de la entraña priísta, a los medios de comunicación.