El mejor ángulo para hacer que un niño no sepa que en
realidad está aprendiendo en vez de estar jugando: juguetes que enseñan. Ahora, éste que encontré no es
precisamente así, es de unos tacones con luces, pero todos nos acordamos de los
juegos de química y otras cosas más ñoñas de Mi Alegría. Aprendemos y jugamos.