¿Cuándo la usas?

Ah: éste parece el más viejo de los pretextos, pero la realidad es que requiere de una maestría inigualable para salirte con la tuya. Primero: recuerda que sólo tienes, cuando más, dos abuelas de las cuales sacar provecho. Supongamos que, según los escrúpulos que tengas, puedes incluir a tíos, primos, hermanos y hasta a tu mamá en las muertes inventadas. Para empezar, tendrás que llevar un muy buen récord de las cosas que inventas. En segundo lugar, debes tener la sensibilidad para aplicar este pretexto en el momento justo, ya que no se lo creen a cualquiera ni lo creen todo el tiempo (por ejemplo: ni se te ocurra usarlo el día del examen final para el que no estudiaste. Todos sabrán que mientes). Así que, resumen: úsalo bajo tu propia responsabilidad. Es muy tricky.

¿Cómo continúas con la farsa?

Tendrás que pasar muchos días compungido por tu pobre abuelita (mientras más hayas querido a tu abuelita “muerta”, más creíble el pretexto) y evitar a toda costa que alguien hable con otra persona de tu familia: te pueden echar de cabeza y además, enojarse contigo por “matar” a tu abue.

Nivel de efectividad:

3. Es demasiado truculento.