¿Qué se supone que es?

La palabra “Antonio” (Banderas, su aterrado esposo) en un corazón. De miedo, porque demuestra que puede ser tan increíblemente posesiva e insegura como para tatuarse el nombre de su “macho latino” cual si fuera res de ganado.

¿En qué estaba pensando?

Naturalmente, en todas las que quieren conquistar a su marido. Es como un código de barras: Antonio es mi esposo, sólo mío, MÍO.

Enfermo.

Pero sería peor si…

Antonio hubiera hecho lo mismo. Eso sí no tendría parangón.