En el mundo de oficina no hay lugar para la gente lenta, aquí hay que reaccionar rápido y bien. Que si se te olvidó la presentación, armas un Power Point genérico en 10 minutos. Si hay que entregar el informe, copias el del semestre pasado y sólo le cambias las fechas. Que si el cliente está enojado, le ofreces trabajar horas extras… aunque no sea cierto ¡ja!.

Pero no todo es jefes y clientes. El oficinista profesional sabe que hay ciertas técnicas para sobrevivir, que se han perfeccionado a lo largo del tiempo y que resuelven problemas en pocos segundos. Son cosas que ya quisiera dominar el mítico McGyver ¡estamos seguros que tú o alguien de tu oficina las han aplicado!

Manual de supervivencia godínez

– Hombres que sólo planchan el frente de la camisa y el cuello, y que no se quitan el saco aunque esté haciendo un calor de 32 grados ¡es clásica!

– ¿Se le descosió la valenciana a tu pantalón? Nada que dos buenas grapas no arreglen. Pero ojo: sólo sirve en pantalón gris, no cometas el pecado de la grapa en pantalón claro.

– Cuando el mouse no agarra bien, te recargas en una revista de color oscuro, en vez de salir a comprar un mousepad de 30 pesos. Revisa los cubículos de tus compañeros y verás.

– Cuando las mangas de las damitas quedan grandes, hay que meter la tela que sobra hacia dentro y sellarla con cinta mágica. Aquí no aplica la grapa porque se nota mucho.

– ¿No te dio tiempo de peinarte? Hay muchas cosas en tu escritorio que te pueden salvar. Peinado nivel primaria: hazte unas trenzas y agárralas con esas espantosas ligas que todos tenemos. Peinado sofisticado: bonito molote que agarras con el clip de pinza más grande que encuentres. Nivel geisha: chongo que sostienes con dos plumas de las que no saben fallar.

– ¿Mancha de labial en la camisa, picarón? Deja que seque y usa una goma de borrar. Tsss, es de principiantes.

– Mujeres que agarran un CD como espejo para retocarse los labios. Ya ni la amuelan.

– El artefacto salvador en toda oficina no es el horno de microondas sino la cafetera: sirve para calentar café, agua, pan, el muffin de la señora de la esquina y los más cínicos, hasta la gordita de chicharrón.

– Cubiertos de emergencia: para cortar el pastel cumpleañero y no hay cuchillo a la mano hay quien usa la regla de plástico previamente lavada. ¿Te hacen falta platitos? Desde la hoja de papel bond hasta quien agarra la rebanada de pastel con la mano. Qué feo.

– Si se te botó el cierre de tanto comer, pásale un clip al tirador (es decir, de donde lo agarras) y encájalo en el botón de tu pantalón de casimir. Listo, ya no pasarás vergüenzas.

– “Sanitas” salvadoras: los papeles que ponen para secarse las manos en el baño sirven de práctica vajilla, agarrar la torta de tamal, como servilleta para no limpiar charcos de café y -después de suavizarlas con la mano- sonarse la nariz. TODOS lo hemos hecho.

– ¿No hay cuchara para menear en café? ¡No nos digas que no has usado una pluma para revolverlo!

– Clásico de oficina: calientas tu tóper en el microondas con la tapa medio puesta para ponerle otro guisado encima ¡Échale McGyver!

– Un aromatizante con neutralizador de olor para el garnachazo o que no huela a palomitas de maíz. Si no hay, poner un poco de café nuevo en la cafetera se lleva el olor a comida. Es muy feo estar trabajando en un lugar que huele a fritanga.

– ¿Se te olvidó la cuchara para comer? Las cucharitas para el café sirven para comerte el arroz, las sopas de vaso y hasta el chicharrón en chile verde ¡Pero necesitas habilidad, maestro!

¡El ingenio del oficinista mexicano es legendario! Hay quien construye soportes para celulares con dos clips o quien calienta su comida usando el CPU de la computadora

¿Alguien en tu oficina hace algo completamente ridículo? ¡Cuéntanos!

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