Qué necesitas:
-Si nos ponemos exigentes necesitarías ser un gitano pero vamos a hacer de cuenta que en este mundo globalizado basta con el puro deseo o mala leche que le quieras aventar a alguien.
– Estar en contacto con la persona a la que le quieras desear mala suerte.

Cómo ejecutarla:
Basta con remontarse a la etimología de la palabra: “maldecir”, decirle algo malo a alguien pero con ganas (viruela, la peste, que se rompa una pierna, que se muera su mamá, etcétera).
Pronuncia en voz alta, apunta con el dedo índice y espera plácidamente a que la maldición se cumpla (conste que si funciona tendrás que prepararte para a) la dosis de culpa, b) el contraataque c) la perpetua vigilancia del “karma police”).

Grado de dificultad: 1 de 5, maldecir es casi un hábito… sólo como diría un sabio anciano “ten cuidado con lo que deseas”.

(Foto: conir en Flickr)