A fines de mayo acudieron al Salón Ícaro 400 sindicalistas del Metro, GDF, IMSS, UNAM, ISSSTE, Asamblea Legislativa y la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, para dar vida a la “Alianza Nacional Democrática”.

Con un buen traje gris que desentonaba con las chamarras y viejos trajes cafés de los agremiados, Bejarano dijo que «los sindicatos son a quienes Andrés Manuel más necesita». Pero al evento no fueron líderes, sino delegados que no articulaban una frase coherente. «Los jefes mandaron a sus achichincles para que no los relacionen con Bejarano, pero ya negociaron con él en lo oscurito. Si no, no estaríamos aquí», me dijo un sindicalista de la Asamblea Legislativa.

Como todo es “en lo oscurito”, la información escasea. Morgan, líder bejaranista en Aguascalientes, aceptó hablar: «Soy su amigo personal desde hace 15 años y siempre lo he sido, sin tapujos.»
—¿Cómo es René Bejarano como humano? —pregunté de inicio.
—Me pediste hablar de “el profesor”, no de mi amigo, de cosas personales no hablo y te lo había dicho —me recriminó molesto.

La mayoría de los conocidos de Bejarano que busqué se negó a decir una palabra. Otros, entre ellos líderes del PRD y altos funcionarios, aceptaron hablar si les prometía el anonimato. Los que fueron grabados midieron cada respuesta como si de ella dependiera su futuro. «No es alguien con quien quieras aparecer retratado Me entiendes, ¿no?», dijo uno de los 15 miembros de la Comisión Política Nacional del PRD. Pocos quieren ser vistos junto a él, pero nadie lo quiere de enemigo. Para el imaginario colectivo encarna la corrupción por el video que lo mostró recibiendo del contratista Ahumada 75 mil dólares y algunas ligas. No obstante, debido a su poder no pocos políticos deben negociar con “El señor de las ligas” si tienen aspiraciones.

TERCERA Y CUARTA LLAMADAS
La tercera semana de abril volví a llamarlo. Atendió su secretaria y tomó el recado. Otra vez, a la semana siguiente lo intenté.
—Profesor, soy Mael Vallejo, de la revista Chilango. ¿Alguna novedad?
—Qué pasó, Mael. Déjame ver si te doy la entrevista el jueves.
Bejarano se refería al jueves 7 de mayo. El pacto fue llamarlo ese día para, si aceptaba, vernos más tarde.

SI AGUANTÉ LOS VIDEOESCÁNDALOS…

El primer acto partidista al que se presentó tras los videoescándalos fue el 9 de febrero de 2008. En el Foro Cultural Azcapotzalco pidió a 600 personas votar por Alejandro Encinas en las elecciones a la presidencia del PRD. «No estaba muerto, estaba trabajando», dijo Bejarano sobre su ausencia. La divulgación del evento por el diario Reforma causó tal lío que Encinas se deslindó: «Él no es miembro del partido y yo no voy a establecer ninguna relación con nadie en esta campaña que no lo sea.»
En septiembre pasado el rumor crecía: Bejarano volvería a la luz pública. En las oficinas del Frente Popular Francisco Villa, de los taxistas “Pantera” y de la Asamblea de Barrios, la gente se emocionaba. Padierna explicó así a miembros de la Comisión Política Nacional del PRD el regreso de René: «Se cansó de estar enterrado en vida; no lo merece. Se irán con todo contra nosotros, pero prefiere eso a seguir en la sombra.» Él, lacónico, decía: «Si aguanté los videoescándalos, aguanto esto.»
El 30 de noviembre de 2008 lo recibieron miles en el Monumento a la Revolución. Su esposa le puso un collar de flores, el elemento que hoy lo simboliza: sus seguidores se lo colocan en cada ciudad que visita.
Pantallas gigantes proyectaban la imagen del profesor, flanqueado por sus hijas Aura Selene, de 21 años, y Aura Celeste, de 18. Bajo una manta de diez metros con el logo del MNE, habló por 40 minutos: «Vivimos tiempos de canallas, pero la maldad de las traiciones no nos ha abatido. No permitimos que hicieran trizas nuestra moral, a pesar del dolor, de la pérdida de libertad, del daño moral, del peso del infortunio, de las amenazas cumplidas.» En la primera fila estaban las secretarias “ebrardistas” Rosa Márquez y Laura Velázquez, y Arturo López Obrador, hermano de AMLO.

Tras despedirse, sonó la tambora de una banda llamada Traición.


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