Y si tenemos todas esas ventajas de servicios, hay que recalcar lo importante: más que lugares de buen o mal prestigio, la Plaza de Coyoacán (¡ajá! ¡tramposo! ¡Dijo "la Plaza") es un espacio para disfrutarse en caminata. Se tiene que vivir y sentir y regresar, disfrutarse de noche y de día (por eso las fotos), entre semana y algún sábado o domingo, olvidarse de la ciudad.

Porque los Jardínes de Hidalgo y Centenario cumplen lo que su zona ofrecía originalmente: un respiro después de matar indíg… digo, un respiro de los horrendos agravios de la ciudad.