Una tarde cualquiera en el DF: vas manejando por Periférico Sur, pensando en tus cosas, cuando de pronto te cae encima un camión de basura. Normal. El tráfico se pone de locura, el conductor del camión (que es el culpable, finalmente) se muere sin explicar qué chingados le estaba pasando por la cabeza en el momento de subirse al segundo piso del Peri, dos coches se aplastan y hay varios lesionados. Normal, pues.

Así, pero sin pepinillos.

La gran pregunta es qué hacía ese camión circulando por donde no debía. Es decir: un camión de basura de varias toneladas, de la Magdalena Contreras, circulando en una vialidad de Álvaro Obregón, desde la Benito Juárez. ¿De dónde venía? ¿A dónde iba? ¿Qué intentaba hacer cuando perdió el control? ¿Qué tan pedo estaba como para caerse del segundo piso, en un tramo donde no hay curvas? ¿QUÉ TAN PEDO?

“Tenemos que alcanzar los 140km/h, Marty”

Lo peor: mientras eso pasa, los legisladores de la ciudad se preocupan por los twitteros que avisan dónde está el alcoholímetro. Chale.