Los videoescándalos quebraron su poder. En la legislatura actual, Bejarano sólo tiene 13 diputados —por 21 de Nueva Izquierda— y cinco de 16 delegaciones: Álvaro Obregón, Azcapotzalco, Cuauhtémoc, Gustavo A. Madero y Cuajimalpa. Por eso, a inicios de año exigió a su gente alcanzar en las elecciones internas de hace tres meses un mínimo de 20 candidaturas a diputados y diez a delegados. Fueron sus operadores Padierna y Oropeza, titular del PRD-DF, a quien Bejarano envió con Ebrard para crear un frente común contra NI.
En el salón Ícaro —un mes antes de las elecciones— Oropeza confesó: «Nueva Izquierda sigue necia con mantener 17 diputados en la asamblea. Eso es inadmisible para todos, incluido Ebrard, que hace días nos planteó que eso es absurdo.»

Al final, Bejarano aplastó a los “Chuchos”. Catorce de las 16 demarcaciones y 29 de las 40 candidaturas a diputados son suyas, camino a las elecciones del próximo 5 de julio. La pelea fue ruda. En Tlalpan, el ex líder estudiantil Adolfo Llubere peleó la candidatura a delegado ante Higinio Chávez, de IDN. Ya derrotado, fue atacado a palos camino a un mitin de AMLO en el Zócalo. Cuatro de sus compañeros fueron trasladados al Hospital Rubén Leñero. «La agresión vino de bejaranistas», dijo Llubere a esta revista.
El profesor ganó Iztapalapa, desde 1997 propiedad de los “Chuchos”. Ahí abundaron quejas de compra de votos y violencia. NI denunció que bejaranistas ofrecían 300 pesos por voto. Y en Coyoacán se les acusó de robar urnas y quemar boletas.


QUINTA LLAMADA

Llegó el 7 de mayo, día en que me daría la entrevista. Pero al abrir la PC leí El Universal: «Salinas negoció con Fox mis videos por libertad de Raúl: Ahumada.» Bejarano, seguramente, estaba en otras cosas. Igual, llamé.
—No voy a poder dártela, Mael.
—Es importante.
—No voy a poder.
—¿Y podrá darnos una sesión de fotos?
—Déjame revisarlo, me agarras muy apurado. Te llamo.
Colgó.

“FIGURA FUNDAMENTAL”
Con 25 años en la política, Bejarano planea sus discursos con una premisa: ¿qué quiere escuchar la gente? Y escribe todo el tiempo en la libretita que traslada bajo el brazo porque con esas líneas improvisa ante el micrófono. Anota ideas, anécdotas, nombres, ideas y frases que alimentan un viejo proyecto: escribir sus memorias. Quizá ese anhelo cristalice tras la salida del libro del empresario Carlos Ahumada, Derecho de réplica.
Evade las fiestas y, según sus allegados, no fuma ni toma. Con un sobrepeso acentuado a últimas fechas, hace jogging.

Su autor favorito es el poeta Walt Whitman, le gustan el mole y los chiles rellenos, es ateo, sigue al Atlante, escribe poesía y se autodefine —según la biografía que escribió para la página web del MNE— como «una figura fundamental para comprender las raíces del cambio político del país».
Desde hace 20 años habita una casa de la colonia Niños Héroes, en la Benito Juárez. De tres pisos y fachada amarilla, es parte de una zona de viejas casonas. Ahí vive con Dolores y sus hijas. «Es buen tipo —indica Carlos Manzano, su vecino en la calle Virgilio Uribe—. Le han pasado cosas malas pero eso no lo volvió grosero; siempre dice “buenos días”, “buenas noches”.»

ENTRE PRIISTAS
Otro mensaje del MNE llegó a mi correo, convocando a los activistas de Benito Juárez, Iztapalapa y Tlalpan. Llegué a un parque lamentable junto al mercado de Portales: había bancas rotas, basura, puestos de comida. Vi acercarse a Bejarano: playera polo naranja y pantalón café.

En un mensaje exprés, junto a dos ayudantes, habló de encuentros con líderes magisteriales, sus viajes recientes y otros que haría a Baja California, Colima y Puebla: «Ya tenemos nuevos integrantes. Cada vez somos más y en ese camino vamos a seguir. Por ejemplo, una muy buena adquisición (sic) fue el presidente municipal de Jalapa (David Velasco Chedraui). Ya hablé con él.» Bejarano dio “la nota” y partió. Después supe que Velasco es un prominente empresario veracruzano. Priísta.

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