La retórica se ha definido, a lo largo de la historia, como el arte de persuadir a los demás por medio de las palabras. Según este concepto, si eres hábil con la lengua, puedes convencer a quien sea de lo que sea (no por nada, aquel dicho de “verbo mata carita”).

En este sentido, consciente o inconscientemente, todos usamos fórmulas lingüísticas para imponer nuestras ideas u opiniones, para conseguir lo que queremos y hacer cumplir nuestra reverenda voluntad.

Nos dimos a la tarea de hacer una lista de expresiones que los chilangos solemos emplear y que confirman lo dicho por ahí: “el que tiene más saliva traga más pinole”. Aquí te va, pues, nuestro listado de frases para persuadir al prójimo:

1. Para obtener algo

Cuando nuestra intención es que nos hagan un pequeño favorcito, siempre se puede echar mano de las cacareadas locuciones:

-“¿Qué tanto es tantito?”
-“Una no es ninguna”
-“Hoy por mí, mañana por ti”
-“No te cuesta nada”.

2. Para ganar la credibilidad

A veces, sucede que alguien duda de nuestra palabra y es necesario dejar muy en claro la veracidad de nuestras afirmaciones. Para ello, podemos alegar:

-“¡Por ésta!” (acto seguido: hacer la cruz con los dedos y besarla)
-“¡Me canso, ganso!”
-“Que me parta un rayo” (mirando al cielo)
-“Verdad de Dios que sí”.

3. Para disculparse

¿Cometiste el error de tu vida?, ¿regaste el tepache como nadie? Siempre es posible argumentar:

-“Somos humanos, cualquiera se equivoca”
-“Es mi primera vez”
-“Nunca me había pasado”
-“Hasta al mejor cazador se le va la liebre”
-“Los grandes también fallan”.

4. Para entenderse con la autoridad

Cuando se trata de conseguir la benevolencia de los altos mandos policiacos, ministerios públicos o funcionarios menores de cualquier oficina de gobierno, nunca sobran las siguientes apelaciones:

-“Bríndeme la atención”
-“No me daré por mal servido”
-“Hágame la valona”
-“¿Cómo nos arreglamos?”
-“Usted también fue joven”.

5. Para justificar nuestra mala onda

Ocurre también que, en ocasiones, tenemos la necesidad de insultar, ofender o perjudicar a alguien (sabemos que está mal pero ni modo, ¡no hay de otra!). En ese contexto, los chilangos utilizamos ciertas expresiones para justificar nuestros agravios:

-“De que lloren en mi casa a que lloren en la suya…”
-“No es por ser grosero pero…”
-“Con todo respeto…” (luego viene, por lo general, algún insulto)
-“No es por criticar pero…”

6. Para vender algo a alguien (en la vía pública)

¿Quién no se ha sentido cautivado alguna vez por la retórica de los vendedores ambulantes? Aquí te venimos manejando lo que vienen siendo las estrategias discursivas más elocuentes del comercio informal:

-“Va calado, va garantizado”
-“Sí, mira, te vas a llevar, mira, como oferta especial…”
-“Lleve el bonito regalo para el niño, para la niña”
-“Bara bara, producto de calidad, artículo de promoción”

7. Para fingir amabilidad

Los chilangos acostumbramos “hacernos los amables” (e incluso los humildes) con tal de no caerles gordos a nuestros semejantes cuando expresamos lo que pensamos o sentimos. Éste es el caso de los siguientes enunciados:

-“Lo que sea de cada quien…”
-“Dentro de lo que cabe…”
-“En mi humilde opinión…”
-“Con su permiso” (o la genial variante: “con su compermiso”).

8. Para evadir algún compromiso u obligación

Si se trata de desafanarse de algo, nada como la elocuencia para capotear al toro:

-“Ahorita” (¡tan simple como infalible!)
-“Nos hablamos en la semana” (total, no dijimos qué semana ni de qué año)
-“Ya veremos” (o sea, no me estés molestingando).

Como puedes ver, siempre se puede hacer la lucha en esto del arte de la persuasión: para todo hay y para todo alcanza en nuestra lengua.

De tal suerte, si eres una chucha cuerera y, como aseveran nuestros clásicos, la retórica es tu arma más letal, dinos entonces: ¿qué otras frases utilizas para marear y convencer a otros?

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