Ser pirata regresaría al estatus de oficio de prestigio. Ya no cualquier pelado podría descargarse la última película de Tarantino para verla en casa con sus cuates. La tirada sería regresar a los puestitos de mercado para conseguir tus ondas antes que nadie. Eso sí, los maeses de Tepito tendrían que especializarse para conseguir por otras vías clandestinas (a través de conexiones a Internet rebeldes) las películas, discos y demás monerías a las que nos tenía acostumbrado el Internet. Por supuesto que la demanda sería mayor y los operativos cada vez más violentos. Por ende la calidad de estos productos debería subir considerablemente. Algunos letreros que veríamos en estos puestos:

  • Consigue aquí los blogs que el gobierno no quiere que leas. <– En Coyoacán.
  • OFERTÓN LOCO: Llébate los mejores conpilados de Youtube en DVD. (sic) <– En Tepito
  • La selección del mes de Pitchfork y Stereogum <– En el Chopo