El reportero cree que está fácil…
No hay pierde, se trata de contestar las siguientes preguntas sobre un hecho: ¿qué pasó? ¿cuándo? ¿dónde? ¿cuánto? ¿quién o a quiénes? ¿cómo? ¿por qué? ¿para qué? Y ya está. Si además incluyo declaraciones de especialistas que opinen, hasta se ve profesional

¿Cómo identifico que se trata de un bodrio?

1. El título empieza con un verbo: “Invaden la ciudad los chefs”, “Abre sucursal de antro”, “Procrastinan en las jornadas laborales”

2. Inicia con una anécdota que ilustra el caso en donde “Rosario” (no es su nombre verdadero) tuvo una experiencia que ejemplifica tan perfectamente el tema, que no es necesario detenerse a conocerla como personaje.

3. Al igual que todo periódico que no se dé a respetar, sus declaraciones agotan el catálogo de sinónimos del verbo decir: “comentó”, “recordó”, “reconoció”, “arguyó”, “afirmó”, “esgrimió” (¡oh!), “abundó” (¡ah!)… y “concluyó”

¿Por qué le salió tan mal?
Porque confundió la revista con un periódico, cuando hay una pequeña diferencia: el periódico sale todos los días; la revista es mensual. Uno no compra una revista para leer lo mismo que podría aparecer en un diario.

¿Podría ser peor?
Sí, basta con leer nuestros periódicos nacionales para darnos una idea de qué tan peor puede llegar a ser.