Según la Organización Mundial de la Salud, la
depresión será el mal del siglo XXI
, a pesar de que hay mucha gente que se la
inventa. La Dra. Niesvizky da una razón que suena lógica: «Es algo normal: me
invento una depresión para no decir que estoy asustado. La palabra clave en la
depresión es “sufrimiento”: si la situación social o la crisis te dan miedo, es
probable que interpretes esas sensaciones como depresión». ¿Y qué hacer contra
esa sensación? «Una forma de evitarlo es dándole a las emociones su justa
medida: enojarme cuando la situación lo amerita, entristecerme, sentirme feliz,
dejar la emoción cuando termine», dice Julio Sánchez. «En el mundo occidental
no se fomentan ciertas emociones: la tristeza, la ira, el miedo: cuando todo
esto se conjuga y se guarda, puede convertirse en depresión».

140 mil pesos es el costo de un tratamiento para curar una adicción en Monte Fénix.

Si una enfermedad
como la depresión se da por la acumulación de estas emociones, si el acto de
guardar y luego exagerarlas se vuelve patológico, es posible entonces que otras
emociones, como la felicidad, también se vuelvan patológicas cuando se vuelven
inexplicables. Le preguntamos eso a Julio, quien de inmediato responde: «No, a
diferencia de la tristeza, la felicidad no está mal vista.
En todo caso,
alguien feliz en extremo sería un esquizoide; un desadaptado».