¿P-p-pero por qué no?
Porque con estas sustancias maloras vas a tener a tu papá rejuvenecido sexualmente y para qué quieres. Si no cansa a tu mamá, se va ir con la “muchacha” de la casa, con la que atiende la panadería, con la maestra de su hijo menor o con la señora del puesto de garnachas de la esquina. Malacopa, pero en versión triple-equis.

¿Con qué lo sustituyo?
Un bonito juguete sexual, fino y sutil. Dale mejor una gift-card de una sex-shop, como Erotika o Kinky Mart. No menos de $500.

¿Y si de todos modos me animo?
Corre a la farmacia de la esquina. Una pastilla de 50 mg de Viagra te sale en unos $150. La de 100 mg, en $230. De la jumbina no te podemos dar razón porque “ya sabes lo que dicen”. Si te avientas, con todo y su ilegalidad, búscala en Tepito o en el Mercado de Sonora, seguro te encuentras a los que te ofrecen diciendo: “pastillas, jumbina, viagra, poppers, tinta chinaaaaaaa”.