¿Qué se supone que es?

Todos sabemos la historia: a principios de los 90, Johnny estaba enamoradísimo de Winona Ryder. Para conmemorar su amor, se tatuó la tiernísima frase “Winona forever”. Cuando el romance terminó, al pobre Johnny no le quedó de otra que modificar su tatuaje. ¿Pero qué hizo en su lugar? Un bodrio: se tatuó “Wino forever”, que en buen castellano se traduce como “borracho (o pedo) por siempre”. Bien hecho, Johnny.

¿En qué estaba pensando?

En que siempre andaría con Winona, en que su amor era eterno, en que los romances entre las estrellas perduran y, básicamente, en nada… porque el amor lo obnubilaba.

Pero sería peor si…

No lo hubiera modificado, porque después la francesita que lo atrapó no soportaría verle el antebrazo jamás… Aunque la verdad eso conviene a todas las féminas del planeta, que por tenerlo no se fijarían en el estúpido tatuaje.