¿Por qué nos emociona?

Porque todo el alcohol que podamos ingerir lo más barato posible es una de las mejores noticias que podemos recibir. ¿A quién le importan las bebidas adulteradas o rebajadas? ¡Que viva la cruda!

¿Por qué no debería emocionarnos?

Una: las barras libres ya no son siquiera legales. Dos: hora feliz, lo mismo pero a la mitad, así que te emborrachas más rápido y pierdes esa dulce embriaguez que sólo te da el arte de beber lento.

Nivel de patetismo

5.3