Tenía 63 años cuando murió. Himelda Ugalde Burgos era una de de las directoras más poderosas del Grupo Posadas –al que pertenecen los hoteles Fiesta Americana y Caesar Park– y era muy cercana a su dueño, Gastón Azcárraga.

Su apariencia y su buen nombre eran muy importantes para ella.

Nació en Mérida, Yucatán, en una época en donde se respetaban tanto los apellidos y el buen nombre de una familia, que la ciudad aún conservaba un aire feudal. Himelda pertenecía a una de esas familias de renombre. A los 16 años, en 1963, fue nombrada la Reina de los Juegos Florales, con los que se celebraban los 421 años de la fundación de la ciudad. Fue rebautizada como Himelda Primera durante ese año y participó en todos los eventos sociales. Dos de sus hermanos eran miembros de su corte. Sus fotos aparecían constantemente en los periódicos locales.

Siempre fue vanidosa. Le gustaba vestir bien y se le podía ver muy arreglada en toda ocasión. La apariencia era muy importante para ella. También lo que los demás dijeran sobre sus modales, su figura, su educación.

Estudió la licenciatura en Contaduría Pública y cuando ingresó a trabajar decidió que eso era lo más importante. Subió rápidamente de puestos, hasta alcanzar la dirección de Recursos Humanos, desde donde controlaba a los empleados. La relación con su esposo, Gabriel Granados Esquivias, comenzó a hundirse. Acabaron divorciándose.

Era católica practicante y siempre simpatizó con la ideología del Partido Acción Nacional. Tanto, que estaba afiliada al mismo y en las elecciones de 2006 aportó 550 mil pesos a sus campañas.

Ella no era muy cariñosa, pero su hijo Gabriel siempre decía, cuando se refería a su mamá: «Sé que me quiere, yo sé que me quiere aunque a veces no lo parezca».