¿Cómo se prepara?

La receta era muy fácil (incluso en muchas irresponsables comunidades educativas de los ochenta y noventa la hacía la misma gente de la cooperativa). Meter un Boing (de los de triangulito, que originalmente traían a un pato en el empaque) al congelador hasta que quede duro como piedra. Para comer, hay que ir pelando el hielo y darle mordidas que te dejen el cerebro helado. Ideal para controlar a los chamacos.

Grado de empalagosidad

Nulo, pero el frío se pone severo. El reto era aguantar más de uno sin dolor de cabeza. Imposible.

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