¿En qué consiste?

Sólo tienes habilidad para tocar el triángulo y alguna cancioncita mafufa en la flauta, pero juras que de tanto escuchar a tu banda en cuestión, de alguna manera “heredaste” su talento. Es como si eso se transfiriera por el simple fanboyismo. ¿Qué haces? Formas una banda. Idéntica. Tanto que hasta tocan los cóvers de ellos.

¿Cuál es su variante?

No hay variante, excepto que la fulana banda jamás va a tener éxito y será olvidada en las fanagosas aguas del olvido.

¿Da miedo?

Pues no, porque seguramente también hubo buenas bandas que se formaron por el puro fanboyismo hacia otra más grande.