Hace unos días colgó una manta en el Congreso de la Unión que acusaba a Felipe Calderón de alcoholismo. Por comentar el hecho, la polémica y popular Carmen Aristegui fue destituida de su cargo en MVS Radio. Twitter enloqueció. Fernández Noroña se acomodó unos buenos puntos, para bien y para mal.

Ahora regresó a San Lázaro con otra manta bajo el brazo. Los congresistas del PAN, aterrados con otro escándalo, pactaron con Noroña no colgar la manta a cambio de discutir la destitución de Aristegui. Al parecer, el petista aceptó.

Pero se volvió a poner color de hormiga cuando otros diputados pusieron en sus curules mensajes en favor de las reformas fiscal, de seguridad, energética y política. Al amigo Fernández esto no le pareció y se paró a poner su cartelito floriloco, en el que se leía:

"El senador Belisario Domínguez le dijo asesino y traidor a Victoriano Huerta. Éste lo mandó a asesinar y, previo, le cortaron la lengua. Obviamente, el senador Domínguez nunca presentó las pruebas”.

El mensaje, bien apantallante y "contestatario", hacía referencia al Borracho Gate de días antes. Los panistas se pusieron locos y se armó la Cámara Húngara (Perro Bermúdez dixit) entre los blanquiazules y algunos petistas.

Fue tal el ridículo que hasta la propia suplente de Noroña, Alma Vázquez Rivera, le acomodó un dolorosísimo gancho al hígado cuando se paró en el Pleno y, carta anexada de por medio, lo acusó de "manchar la imagen de la izquierda" y "entorpecer el debate legislativo".

Mientras tanto, las redes sociales se alebrestaron y piden sin ton ni son la dimisión de Fernández Noroña de inmediato.

Pura clase.