Su más reciente éxito como escritor y productor fue "Coraline" (Selick, 2009), la historia animada de una niña que cruza un umbral mágico hacia una casa con “mejores” y un poco más espeluznantes padres.

Un par de años antes escribió el guión de otra película animada: "Beowulf" (Zemeckis, 2007) y su novela gráfica "Stardust" fue adaptada en la película del mismo nombre (Vaugh, 2007) que tenía un reparto estelar (de Michelle Pfeiffer hasta Robert De Niro, interpretando un marinero del aire al que le gusta pintarse los labios de rojo carmesí).

https://www.youtube.com/watch?v=Y6_gBg4XjWk
El tráiler de Stardust


El tráiler de Coraline

El fecundo escritor se llama Neil Gaiman y hoy cumple 50 años.
Por desgracia, a este autor, alguna vez comparado con su cuate Alan Moore, ya no le queda nada de contracultural –mucho menos desde que en Twitter empezó a revelar detalles cursis de su vida sentimental con Amanda Palmer, la cantante del grupo de punk/cabaret The Dresden Dolls.

Sigue siendo fecundo —y más importante, sigue siendo buen escritor— pero quienes leímos en su momento novelas gráficas como “Signal to noise”, “Books of magic” o la saga del "Sandman" sabemos que Gaiman ha perdido ese extraño talento de rasgar levemente el polvo de la desidia humana.

Aunque sus escritos ya no sean tan emocionantes (cosa que podría ser temporal; se sabe que el amor atolondra a cualquiera), Gaiman sigue siendo una enorme fuente de inspiración para los cazasueños hollywoodenses, que tratan desde hace años de echar a perder el cómic del Sandman en una adaptación cinematográfica.

Esta película aún no se concreta (y muchos fans vivimos eternamente agradecidos de que así permanezca) aunque ya existe una preproducción basada en su última novela "The Graveyard Book", la historia de un joven criado por los muertos de un cementerio victoriano.

Una vez oí que por “donde pasa el cine no vuelve a crecer la hierba” y quizás sea más cierto que nunca cuando se trata de pasar por encima de una gran historia.

Sea adaptado o no, deseamos que Gaiman siga escribiendo, pues el mundo es un poco menos aburrido con él, aunque sea diluido por el amor y la fama.

Feliz cumpleaños 50, Mr. Gaiman.