La época decembrina es una buena oportunidad para sacar una lanita extra: en esta temporada los grandes almacenes y centros comerciales tienen una amplia gama de empleos… que nadie quiere. No nos da pena decir que algunos pasamos por el honroso empleo de ser duendes de Santa Claus o doblar la ropa que las señoras avientan buscando la talla correcta.

Pero la lana es la lana y no hay empleo malo, además de que muchos de ellos no requieren experiencia sino buena disposición. Ésta es una lista de esos trabajos de temporada que uno toma cuando no hay nada qué hacer: aceptémoslo, cuando eres joven es mucho mejor pasar por uno de estos empleos que quedarse en casa a ver los especiales de Navidad.

Envolver regalos

Sobre todo las mujeres, porque los hombres estamos genéticamente incapacitados para hacerlo bien. En la adolescencia es buena idea ganarse una lana en la papelería de la esquina y entrenarte para las ligas mayores del envoltorio: pasar 12 horas al día en el Palacio de Fierros, preguntando a las doñitas de qué color quieren su moño y armando cajas en los ratos muertos. El enemigo a vencer son las cortadas que te haces en los dedos con el papel ¡auuuu! y las señoras amargadas que te regañan porque doblaste mal su blusa.

Santa Claus

El organigrama en la botarga navideña va así: la persona de más experiencia es el panzón de rojo. Después van los Reyes Magos, aunque Baltazar te obliga a llenarte la cara de betún. Luego están los duendes, que vienen a ser algo así como los chalanes de todos y por último, están los que nada más se ponen sus mallones y traje verde para cobrar la foto, organizar la fila y lidiar con los chamacos. Eso sí ¡ante todo buena cara, amiguitos!

Vendedor

Saca el veintiúnico traje que tienes, péinate con limón y lánzate a cualquier almacén porque los vendedores temporales son el ejército que México esperaba: doblarás cerros de ropa, acomodarás cientos de cajas y cuando creas que ya acabaste, los clientes desacomodarán todo y volverás a empezar. Eso sí, sacarás una buena lanita a menos que te toque el departamento de alfombras que nadie visita ¡Ah! ¡y olvídate de la cena del 24 porque seguramente te tocará el cierre!

Demostradores

Llegó la época de la gente bonita: todas las horas que pasaste en el gimnasio te van a servir para presumir tus pompas enfundadas en un infame leotardo para ser demostradora de celulares y los hombres podrán lucir sus poderosos pectorales con una playera entallada y gorrito de Santa Claus. Tienes que estar abierto a la oportunidad y al trabajo porque lo mismo te tocará repartir volantes, menearte de un lado al otro al ritmo de “Mi burrito sabanero” u organizar juegos con los clientes ¡ánimo, ánimo!

Almacenista

Llegamos al infierno de los trabajos navideños: cargar cajas no es lo más chido ni lo mejor pagado, pero por lo menos no tienes que verle la cara a las personas o vestirte de trajecito. Bastará con cargarte de energía por las mañanas con una torta de tamal y recibir a los cientos de tráilers que traen los regalos navideños ¡Pero oye! ¡Harás músculo y con un poco de suerte hasta bajarás la barriga! ¿Qué más puedes pedir?

Estamos seguros que pasaste por alguno de estos ¿o será que tuviste uno peor? ¡cuéntanos!

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