Fueron cinco los negocios que fracasaron. En el último, Himelda le había dado dinero a Gabriel para que pusiera una lavandería en Acapulco, «un negocio que no puede fallar». Como en los casos anterirores, no sólo había fallado, sino que todo había sucedido en circunstancias sospechosas.

En cada negocio que emprendía, Gabriel se encontraba con dificultades que implicaban que su madre le diera más dinero. En casos pasados habían sido funcionarios que le pedían un soborno para dejar que sus negocios siguieran operando. En el de la lavandería, sus socios lo habían amenazado con golpearlo si no entregaba rápido el dinero para poder abrir el negocio. Ante las supuestas amenazas, Himelda siempre lo apoyaba económicamente.

Cuando los agentes le preguntaron a Gabriel la razón por la que había mandado asesinar a su madre, él contestó: «Porque soy un fracasado y ella siempre me dio todo, siempre la hice sufrir y no quería que sufriera más. Pensé en suicidarme muchas veces, muchos años, pero eso sólo la hubiera hecho sufrir más. Así que decidí ahorrarle todo ese sufrimiento, sólo fue eso».

Para la Procuraduría capitalina los motivos podrían ser distintos. El Fiscal de Homicidios, Joel Alfredo Díaz Escobar, en la presentación que hizo de Gabriel y sus dos cómplices ante los medios de comunicación, señaló que una línea de investigación era que Gabriel pensaba quedarse con las propiedades de su madre, que incluían, además de las cuentas bancarias, propiedades en Acapulco, Cancún y Polanco, más el seguro de vida que le otorgaba la empresa en donde trabajaba.

Ante la insistencia de los agentes del Ministerio Público, él siempre rechazó esa hipótesis. «El dinero no me interesa, ni siquiera sabía que tenía un seguro de vida. Y de verdad el dinero no me interesa, de hecho pueden hacer con las cosas lo que quieran. Incluso, cuando saqué las cosas del departamento, les di a mis tías algunas de las joyas que tenía mi mamá guardadas. Esto fue sólo por amor, para que no viera a su hijo seguir siendo el fracasado que siempre he sido. Demasiadas penas le había hecho pasar, esto fue sólo por amor.»