Todos decimos saber identificar de dónde
viene alguien con sólo verlo por la calle, ¿no es cierto? Aquí, algunos clichés
de cada demarcación que deberíamos ir olvidando:

Coyoacanenses: te llamas Lluvia, usas
huaraches, collares étnicos, hablas de la pobreza aunque vivas en una mansión.

Condechi: lees a Paul Auster (o sea:
sigues creyendo que encontrarte a alguien en Michoacán es coincidencia), tienes
un perro con nombre como Martina, vives como si faltaran dos meses para irte a
vivir (y a filmar tu corto) a Barcelona (¿ya sabes?).

Sateluco: te gusta Café Tacvba, no
conoces el Centro Histórico, ni el metro, tu moda: playera polo con el cuello
levantado.

Coapo: te gustan las chelas en vaso de unicel (más
si las bebes en un puesto sobre Canal de Miramontes), a todo mundo le dices
"amigo" o "niña", tu lugar favorito en el mundo es Pericoapa (y ahí conoces
gente que consigue cualquier cosa jamás creada en el mundo, sobre todo si tiene
el logo del América estampado).

Delvallecino: tu mamá todavía te hace ir a
misa en domingo y fuiste en colegios de religiosos (corre a la página 52: te
sentirás escandalizado). Ibas al ITAM (pero quisieras haber ido a la Sorbona)
en tu Chevy 2002, crees que el
centro del mundo es cualquiera de los Starbucks de Insurgentes.

Tecamachalca:
crees que la
finalidad del ser humano en la tierra es ir al antro. No: realmente el concepto
«finalidad del hombre en la tierra» es demasiado complejo para ti. Tus amigos
son o libaneses, o judíos, o no. Cortas todas las palabras hasta que queden de
una o dos sílabas: Cuerna, Aca, Incre…