¿De qué va?

Sin que nadie te vea, mete un cerillo dentro de un cigarro (con el fósforo del lado que el cigarro se enciende), y luego ofrécelo a quien le quieras gastar una broma. Lo que sigue es obvio, pero vale la pena recordarlo: a las dos o tres fumadas, el cigarro se prenderá en fuego. Recomendación: te encendida la cámara de video.

El ganador

Obviamente, el que pone el cerillo dentro del cigarro. El pillado sólo gana si se da cuenta antes.

El riesgo

Que te la reviren, o que el cerillo se encienda con más furia de lo normal. Entonces ya estaríamos hablando de quemaduras graves.

Sí jugarlo porque:

Siempre se agradece una buena risa.

No jugarlo porque:

Las quemaduras de segundo grado en los dedos y en los labios no son divertidas.