¿Qué lo hacía un buen abuelo?
De la caricatura de nuestra infancia, Heidi, surge “El viejo de los Alpes”, un hombre ermitaño que un buen día se tuvo que hacerse cargo de su nieta, él hombre rudo se vuelve un dulce al compartir la vida de las montañas con la pequeña, se llegan a querer tanto que cuando retiran a la chapeteada niña de su lado, hasta uno sufría nomás de ver la separación.

¿Nos gustaría que fuera nuestro abuelo?
Sí, la gran experiencia de ser su nieta incluía aprender a hacer queso, pastorear a cabritas (entre ellas copo de nieve) y vivir la naturaleza de las montañas con respeto a los animales con valores importantísimos como el desdén a la vida material.

¿Por qué estaba chido?
Porque era capaz de transmitir sus enseñanzas de vida, ese tipo de abuelitos que representan otro estilo de vida, luchones e incansables.

https://www.youtube.com/watch?v=HXW31ZyorVA