Por Mael Vallejo y Ruy Feben,
Que podrían participar en un partido de fútbol contra
canguros, pero jamás controlar el tráfico aéreo.

 

Para los despistados, un auténtico notición: vivimos en un
mundo que está completamente loco. Más allá, en un país completamente loco. Ése
es el propósito de estos noticiones: jactarnos de que todo lo que pasa a
nuestro alrededor, por más importante que parezca, es un sinsentido demencial.
Esta semana fue, en ese sentido, liberadora. Tenemos, por un lado, a un periodista
que decide, de buenas a primeras, pelearse contra una red social por un asunto
de seguridad nacional. El pobre hombre no puso mucha atención en sus clases de
la universidad, y no sabe diferenciar entre un medio de comunicación y un medio
MASIVO de comunicación. La mejor parte: todos los demás medios le entran con
singular alegría a una discusión que, al correr del tiempo, se verá ridícula (y
todos nos reiremos de ello en Twitter). Por otro lado, el país pasa un momento,
digamos, complicado: la guerra contra el narco se recrudece, el presidente es
incapaz de responderle a las familias que perdieron a sus hijos en la guardería
ABC, hay una crisis política que se traduce en un sistema desgastado y corrupto
(¿al PAN ya se le olvidó que el PRD era para ellos el malo del cuento? ¿Y el
PRD qué? ¿cuál izquierda?), y, sin embargo, las noticias más importantes son
que la influenza mutó (qué casualidad… ¿será pariente del Chupacabras?) y que
México se enfrenta contra Nueva Zelanda en partido amistoso rumbo al mundial.
Como si fuera tan difícil ganarle a una manada de canguros. Vaya: un terremoto
en Chile mata a cientos de personas, y nosotros nos clavamos en que el temblor
movió el eje de la Tierra (ahí viene el 2012, no se apuren: ya habrá tiempo
para preocuparnos por el Fin del Mundo®). Este mundo loco, por más raro que
parezca, puede ser divertido. Esta semana, al menos, te invitamos a verlo así.